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LaEra

«Reserva & Valores»

Nos hemos inventado la «R&V». Porque reservar directamente con nosotros no es solo un acto de consumo.

Un pequeño porcentaje aplicado a una cantidad pequeña, individualmente no sería algo importante. Sin embargo, todos esos pequeños porcentajes de manera colectiva pueden convertirse en algo interesante. Si además se utilizan para mejorar la manera en la que transitamos por este planeta seguramente las repercusiones sean notables. Hemos pensado que os gustaría. Que va con nosotros. Nos pega. Y lo más importante. También a vosotros. Porque si después de siete años de vida, con todo lo que se lee por ahí sobre nosotros, habéis decidido quedaros en nuestra casa, es que compartimos ciertas inquietudes. Nos hemos preguntado por qué no lo habíamos hecho antes. Concluimos que han debido ser cuestiones evolutivas. Total, no somos más que un producto de ese proceso. Así pues esperamos que no os importe, más bien os agrade, que ese granito de arena sea utilizado a partir de este año para intentar dejar un mundo mejor a l@s que vienen detrás. Para cada un@ de vosotr@s probablemente no es nada. Para ell@s puede ser mucho.

Entonces, ¿nos dejáis transformar un descuento en una inversión?
Destinaremos el 5% de las reservas directas (reservas de 1 a 6 noches) a un proyecto de soberanía alimentaria y bien común en nuestra comarca.

Reservar

La Era

En una de las primeras entrevistas que nos hicieron, a la pregunta de “cómo” surgió La Era, contestamos con algo que quizás podría considerarse una metáfora continuada: un poco de casualidad, unas ramitas de «¿por qué no?», una pizca de locura, ilusión en abundancia, creer en uno mismo hasta el punto de ebullición y mantener la llama constante. Dejar en reposo el miedo hasta que enfríe. “Et voilà!”.

Después de siete años, miramos hacia atrás y nos sigue pareciendo que no lo podríamos haber expresado de mejor manera.

Con aquella figura lingüística desvelábamos el “cómo”. El “por qué” que lo antecedió fue más sencillo: empatía. Este vocablo tan falto de militancia en nuestros días. Así sucedió pues, viajando. Tarea con la que se conocen lugares, costumbres, idiomas,…pero sobre todo, cuando se viaja se conocen personas. Algo que no suele ocurrir con tanta facilidad cuando se es turista. Porque un viajero tiene más tiempo de cavilar que un turista. Observa cosas que los objetivos no captan. Sus motivaciones son otras. En ese devenir sucedió que empezamos a imaginar el alojamiento que les gustaría encontrar a aquellas personas que viajan. Y en esas estamos. Entretenidos en un proceso que nunca para de evolucionar. Como uno mismo. Porque cada viaje aporta.